A lo largo de mi vida personal y profesional siempre he seguido reglas propias de actuación pública y privada y para ello he formulado una guía de 140 reglas, un código propio que fue cumplido fielmente y en su totalidad, en los 69 años de vida.
La aplicación de esas normas me han dado decisión, fortaleza e inspiración en la toma de decisiones y también para actuar con límites y así entender que la vida sencilla con austeridad, es la mejor opción de existencia en nuestro planeta. Hoy con satisfacción puedo decir que no dispongo de bienes materiales ni dinero, pero sí puedo exhibir algo de caudal inmaterial, es decir un cerebro iluminado y copado de ideas y con pensamientos optimistas para entender con propiedad la vida y la convivencia humana.
Aquí tres de los post publicados en las redes sociales y que recuerdo con alegría pues sintetizan el valor de la sencillez para entender el mundo.